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Efectos de la Luna sobre la Tierra y ciclos de Milanković



Milutin Milankovic (1879/1958) fue un astrónomo, matemático y geofísico serbio. Mediante complejos modelos matemáticos fue capaz de elaborar la teoría de las variaciones orbitales terrestres o ciclos de Milankovic en base a tres parámetros relacionados con los movimientos de traslación y rotación de la Tierra.

Estos tres parámetros son la excentricidad de la órbita -el giro de la Tierra alrededor del sol varía de una órbita casi circular a una elíptica y con él la cantidad de radiación solar que recibimos-; la oblicuidad -cambios en el eje de rotación de la tierra en su órbita alrededor del sol y responsable de las estaciones-; y la precesión -cada 26.000 años se invierte el giro del eje de rotación de la Tierra y con él los solsticios y los equinoccios por efecto, entre otros, de las mareas lunares y el Sol-. 

Milanković demostró con esta teoría el por qué la Tierra entra en un periodo de glaciación cada determinado número de miles de años. El ejercicio que se nos propone consiste en describir los efectos que la Luna ejerce sobre la Tierra y relacionarlos con su teoría.


Las Mareas
Es, sin duda, el efecto lunar más reconocible por todo el mundo. Las mareas se producen por el efecto gravitacional de la Luna sobre nuestros mares y océanos y por efecto del movimiento de rotación terrestre. Es cierto que también están afectadas por el Sol, pero en menor medida. La acción gravitacional de la luna deforma esas masas de agua, que sumada al movimiento de rotación provoca las mareas. Si el Sol, la Luna y la Tierra se alinean se produce lo que conocemos como mareas vivas, por ejemplo. Si desaparecieran las mareas lunares, las aguas de nuestros mares y océanos se estancarían, aumentaría el nivel del mar y con ello se producirían cambios drásticos que afectarían a numerosas especies.

Proporciona un eje de rotación estable. Estaciones y clima
El movimiento orbital de la Luna alrededor de la Tierra estabiliza el eje de rotación de la misma manteniendo su inclinación fija en unos 23 grados respecto al plano de su órbita alrededor del Sol y por ello los rayos solares inciden con diferente intensidad en ambos hemisferios, hecho que provoca que existan las estaciones tal y como las conocemos. Sin la luna, el movimiento circular del eje de la Tierra iría más despacio y perdería su estabilidad de forma caótica, por lo que se produciría un cambio climático a escala global incompatible con la vida.

Escudo Protector
Las últimas investigaciones sugieren que la Luna mantiene la capacidad del campo magnético de la Tierra, que nos protege de las partículas y la radiación procedente del Sol. Estos estudios señalan que la influencia de nuestro satélite en el movimiento de rotación de la Tierra estimula el movimiento de la aleación de hierro líquido que compone el núcleo externo para generar este campo magnético.

Marcar el ciclo vital
La vida en la Tierra ha ido evolucionando y adaptándose a la Luna, sus ciclos y a la influencia que ejerce sobre el planeta. Está demostrada la relación directa de sus ciclos con el comportamiento de numerosas especies.




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