La realidad no es como la percibimos. La percepción es el proceso que nos permite, a través de los sentidos, interpretar la información que captamos a través de ellos. Los humanos no estamos diseñados para medir con precisión características del entorno más inmediato, sino para interpretarlo de manera eficiente en la toma de decisiones. Y nada más tramposo que nuestro oído y, sobre todo, nuestra vista. Vamos con los ejemplos.
En la imagen podemos ver un vaso de cristal sin agua y, al fondo, a una cierta distancia, no mucha, una figura que es ya casi una reliquia: una hucha con forma de cerdito. La figura del animal está orientada con el morro hacia la derecha. ¿Pero qué ocurre si llenamos el vaso de agua?
Pues como podemos comprobar, la cabeza del cerdito invierte su dirección. ¿Por qué ocurre esto? La explicación está en la luz y más concretamente en el proceso de refracción. El fenómeno de la refracción se produce cuando la luz pasa de un medio a otro. Cuanto más diferentes sean los índices de refracción de esos medios, más pronunciado será este fenómeno físico capaz de provocar un cambio de dirección. En este caso, en relación con la segunda fotografía, la luz pasa del aire al cristal, del cristal al agua, y finalmente de cristal a agua, y todos estos medios tienen diferentes índices de refracción. Algo similar ocurre con el vaso vacío y un lápiz, y con el vaso medio lleno de agua y el mismo lápiz.
La refracción no es un engaño de la percepción, es un fenómeno físico que, de verdad, manda la luz a otro sitio (comoexplicas al principio) y genera una imagen distinta que cuando no teienes el agua. El ojo nos engaña en muchas situaciones en que vemos lo que no hay, vemos distintos colores iguales, etc. son lo que se suelen llamar ilusiones ópticas
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