Se nos pregunta cuál es para Neil deGrasse la función de la divulgación científica más necesaria en la actualidad. Pues bien, de sus palabras, al igual que de las de Jimmy Wales, se deduce que una fundamental: alimentar la curiosidad por la ciencia, y aprender a cómo aprender fuera de unas estructuras formales de aprendizaje en “manos de gente que no tiene ni idea de qué es la ciencia”. Ambos sostienen una interesante teoría entre la tensión que se produce entre información y conocimiento. DeGrasse nos explica, y estoy de acuerdo, que las estructuras de aprendizaje formal deberían enseñarnos a convertir la información en conocimiento, y el conocimiento en sabiduría. Wales va más allá y enumera una serie de herramientas fundamentales para lograrlo. Saber leer y comprender, adquirir un amplio vocabulario, ser capaces de reconocer lo falso y desarrollar un pensamiento lógico para dotarnos de un análisis crítico.
DeGrasse apunta además las ventajas que la Red tiene para la construcción de comunidades virtuales -más allá de su razonamiento acerca de los geeks, con el que se puede estar más o menos de acuerdo- que contribuyen a la creación de una conciencia colectiva para el desarrollo de la cultura científica, y que permiten también, como en su caso, y gracias a las redes sociales, lo que se conoce como Public Engagement. Junto con Wales, DeGrasse propugna, en resumidas cuentas, entrenar nuestras mentes para poder enfrentarnos a un pensamiento libre y lógico más allá del clásico volcado de datos de información de la educación convencional que nos permita no sólo crecer como individuos, sino construir comunidades sociales más fuertes y colaborativas frente a un sistema educativo tradicional que no ha cambiado mucho y que nos quiere sentados y callados, tal y como explica el astrofísico norteamericano.
"Entrenar nuestras mentes para poder enfrentarnos a un pensamiento libre y lógico", muy buena reflexión que comparto, una meta a la que la divulgación científica y la educación deben aspirar, según la Neil deGrasse. Entrenar a la gente para que piense, y como subrayas en el titular, debemos aprender a cómo aprender.
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